La noche del miedo

Esta broma la viví de forma distinta, ya que nosotros éramos la víctima de los rutas y los responsables.

Los rangers y nuestros respons nos sentamos en círculo a unos 5 metros del comedor. La niebla estaba baja y la oscuridad reinaba a nuestras espaldas.
Hablamos sobre las tareas del día siguiente y luego se fueron dejándonos con una ruta. Transcurrido un rato, ella no dijo:
-¡Me aburro! ¡Demos una vuelta!
Al principio la idea nos pareció buena, pero a medida que la ruta nos guiaba hacia el bosque, nosotros nos fuimos peleando por no ir detrás.
-¡Lo había olvidado! -gritó la ruta sobresaltándonos- Fue una noche como esta, con niebla y luna llena.
Nosotros no parábamos de mirar hacia la espesura del bosque buscando señales, aunque en vano.
-Una noche como hoy fue cuando todos los locos escaparon del manicomio de Gredos. Al cabo de unas semanas, los capturaron a todos, menos al más peligroso, un hombre loco sin piernas que se arrastraba con un hacha.
Entonces se oyó un golpe. Un golpe que sonaba como cuando cortábamos madera con un hacha. ¡Un hacha! Nos asustamos mucho, y los golpes continuaron acercándose poco a poco. Entonces, de la nada, una chica se puso a gritar frente a la ruta cosas que ninguno pudo entender.
-¡Corred con los brazos en alto! -vociferó alguien asustado.
Todos le hicimos caso y corrimos levantando los brazos y sin poder evitar reírnos por el ridículo que deberíamos estar haciendo.
Cuando llegamos a un pequeño claro del bosque, la ruta nos hizo ponernos en círculo y alejarnos quince pasos mientras nosotros veíamos sombras avanzar hacia nosotros. Cuando estuvieron a unos dos metros, echamos a correr, y cuando salimos del bosque, corrimos hacia el subcampo sin esperar nada.

Cuando acabó todo, nos reunimos para hablar seriamente sobre un asunto de la carta ranger. En un tipi, estaban los que la habían hecho y los responsables. Los que queríamos hacerla estábamos a diez metros del tipi, con el bosque atrás. Nos fueron llamando uno a uno, y cuando me llamaron a mi, fui decidida hacia allí. Cuando acabamos de hablar conmigo, vi a los demás corriendo hacia mi, y empezaron a hablar a la vez. Volvimos al lugar donde estábamos y los vi: dos figuras extrañas, que se acercaban cojeando. Nosotros nos dimos las manos y andamos despacio.
-De acuerdo, a la de tres corremos -les susurré- uno... dos... TRES!!
Salimos corriendo lo más rápido que nos permitían nuestras piernas. Yo iba delante, y escuché asustada a mis amigos gritando:
-¡Nos persigue!
Entonces vi a la figura con una amiga en brazos. Ella gritaba desesperada, y entonces otra chica empezó a pegar a la figura con la cantimplora que teníamos para beber para que soltara a la chica.
-¡Au! -auyó la figura dejando a la chica en el suelo y quitándose el disfraz. Era un ruta que nos había seguido desde el bosque y había decidido asustarnos. Nos contó todo su plan, cómo daba hachazos y sus compañeros andaban hacia nosotros.

La verdad es que aquella experiencia fue inolvidable, pero cada vez que oíamos un ruido extraño, no podíamos evitar estremecernos.

ANITA!!! =)